Soledad que me abrumas con tus cuentos y miradas,
me confundes y me arañas, como la noche.
He visto en la mesa manchas de tinta,
jugando a dibujar siempre el mismo nombre.
He llegado a pensar que volverías.
No deberías mentir tan descaradamente,
los caballeros no hacen eso.
Voy a arrancarme de las entrañas
el más profundo sentimiento.
En la distancia te llevará el viento su aroma,
te atormentará en las noches que me hagas soñar.
Voy a despedazar este sentimiento en mí.
Las calles te añoran y las sombras me inundan.
Los días se marchan y los recuerdos vuelven.
¿Y a quién desnudaré ahora mi alma?
Nadie va a escribir el firmamento
todas las noches para ti.
Nadie hará lo que yo haría.
Voy a destrozar cualquier resquicio
de duda, de miedo o de piedad.
Voy a elevarme como si estuvieras aquí,
a mi lado, oyéndome respirar.
Caemos a la nada, caemos, sin llegar
nunca a averiguar
qué nos oculta el fondo
y qué había arriba que nos hizo empezar.
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